¿Por qué el «tic-tac» de un reloj puede volvernos locos?

Seguro que te ha pasado alguna vez: estás en una habitación silenciosa, tratando de concentrarte o dormir… y de repente, ese «tic-tac» del reloj en la pared empieza a taladrarte el cerebro. Cuanto más intentas ignorarlo, más presente está. El «tic-tac» de un reloj puede volvernos locos.

¿Por qué ocurre esto? ¿Por qué ciertos sonidos repetitivos nos molestan tanto? Hoy te lo contamos aquí sin tecnicismos. Porque entender cómo funciona nuestra audición también es cuidar de nuestra salud mental.

¿Qué pasa en el cerebro cuando escuchamos sonidos repetitivos?

Nuestro cerebro es una máquina maravillosa que filtra constantemente la información sensorial para que podamos concentrarnos en lo importante. Sin embargo, algunos sonidos se cuelan entre esos filtros.

Los sonidos repetitivos, como el «tic-tac» de un reloj, el goteo de un grifo o incluso el chasquido de un bolígrafo, actúan como una especie de “alarma” para el sistema nervioso. Son constantes, previsibles… pero imposibles de ignorar del todo. Y como no cambian ni desaparecen, el cerebro sigue prestándoles atención, lo que genera:

  • Distracción constante
  • Irritación o ansiedad
  • Dificultad para concentrarse o dormir

En definitiva, ese «tic-tac» de un reloj puede volvernos locos.

¿Por qué nos afectan más cuando hay silencio?

En ambientes ruidosos o con música de fondo, estos sonidos repetitivos quedan camuflados. Pero cuando hay silencio, nuestro oído se vuelve hipersensible a cualquier sonido ambiente.

Y no solo los oímos más: les prestamos más atención. Es como si tuvieran un foco de luz encima. Por eso, cuanto más intentamos no pensar en ellos… más los escuchamos y nos afectan.

¿Todos los sonidos repetitivos molestan?

¡Curiosamente, no!

Algunos sonidos repetitivos pueden resultar agradables o incluso relajantes, como por ejemplo:

  • El ronroneo de un gato
  • El ritmo suave de las olas
  • El vaivén de la lluvia

La diferencia está en el tono, la intensidad, la frecuencia… y en cómo los percibe nuestro cerebro.

Cuando un sonido repetitivo es agudo, metálico o disruptivo, suele activar nuestro “modo alerta”. Y ahí es donde empieza el problema y por eso que el «tic-tac» de un reloj puede volvernos locos.

¿Y si tengo audífonos? ¿Afectan más estos sonidos?

No necesariamente. De hecho, los audífonos modernos están diseñados para filtrar ruidos molestos y centrarse en lo que realmente quieres escuchar: conversaciones, música, sonidos naturales…

Sin embargo, si notas que ciertos ruidos te irritan más desde que usas audífonos, es importante revisar la configuración con un profesional. A veces, un pequeño ajuste en el programa de escucha puede marcar una gran diferencia.

¿Qué podemos hacer para evitar que nos afecten?

Aquí van algunos consejos sencillos para no perder la paciencia con estos ruiditos tan molestos:

  • Ambiente sonoro suave: Pon música ambiental o sonidos de naturaleza para «distraer» al cerebro.
  • Revisa tu entorno: Goteos, relojes, ventiladores… si algo te molesta, cámbialo o apágalo.
  • Entrenamiento mental: Técnicas de relajación, como mindfulness o meditación, ayudan a desviar la atención de estos estímulos.
  • Consulta con un especialista: Si ciertos sonidos te molestan en exceso, podría tratarse de hiperacusia (sensibilidad auditiva) o estrés auditivo. Un profesional puede ayudarte a manejarlo.

Conclusión

Escuchar bien también es sentirse bien.

No todos los sonidos son iguales. Algunos nos hacen sonreír, otros nos relajan… y algunos nos sacan de quicio. Entender cómo y por qué ciertos sonidos afectan nuestra mente nos permite mejorar nuestro bienestar. Y por eso, es importante entender por qué el «tic-tac» de un reloj puede volvernos locos, y como cambiar ese efecto.

Si crees que tienes problemas de audición, lo más recomendable es consultar a un especialista en audiología. ¡No dudes en pedir tu estudio auditivo GRATIS y tu prueba de audífonos de 1 mes GRATIS en nuestra web!