¿Te acuerdas del artículo anterior, donde contábamos por qué el «tic-tac» de un reloj puede volverte loco? Si no lo has leído, te lo resumimos en una frase: los sonidos repetitivos pueden saturar nuestro cerebro y hacernos perder la concentración o el buen humor. Por eso es fundamental saber cómo evitar que nos afecten los sonidos tan repetitivos.
Hoy damos un paso más: te traemos soluciones. Porque aunque no siempre podemos controlar el entorno, sí podemos aprender a gestionarlo (¡y a mantener la paz mental intacta!).
Rellena el silencio con sonidos agradables
El mayor aliado del «tic-tac» o del goteo de un grifo es el silencio absoluto. En entornos muy silenciosos, esos sonidos molestos se hacen protagonistas.
Solución: introduce sonidos suaves y constantes que distraigan al cerebro.
Puedes usar:
- Música instrumental tranquila (como piano o cuerdas)
- Sonidos de la naturaleza (lluvia, olas, bosque…)
- Ruido blanco o rosa (disponible en muchas apps o YouTube)
El objetivo es darle al cerebro algo más agradable a lo que aferrarse, por lo que cualquier sonido que te pueda relajar es una buena solución.
Identifica y elimina el origen del sonido
Parece obvio, pero muchas veces convivimos con sonidos molestos sin buscar su fuente. Es como tener un grifo que gotea y pensar que ya te acostumbrarás… pero nunca lo haces.

Haz una pequeña auditoría sonora en casa o en el trabajo:
- ¿Un reloj que marca cada segundo? Cambia a uno digital o más silencioso.
- ¿Un ventilador que hace clic cada vuelta? Revisa su eje o cámbialo.
- ¿La nevera vibra como un concierto de rock? Quizá solo necesite nivelarse.
Detectar los sonidos tan repetitivos de tu entorno es el primer paso para solucionarlo y hacia una vida más tranquila.
Entrena tu mente para ignorarlos (sí, se puede)
Tu atención se puede entrenar igual que un músculo. Con prácticas como el mindfulness o la meditación puedes enseñarle a tu cerebro a no reaccionar de forma automática a cada estímulo.
Prueba esto:
- Siéntate en silencio y presta atención solo a tu respiración.
- Cuando un sonido molesto aparezca, obsérvalo sin juzgar.
- Vuelve a tu respiración, una y otra vez.
Con el tiempo, ese “tic-tac” será como una nube más en el cielo de tus pensamientos y no generará esa carga de estrés.
Ajusta bien tus audífonos (si los usas)
Si utilizas audífonos y sientes que ciertos sonidos te molestan más que antes, no es que te estés volviendo más sensible: es que quizás necesites un pequeño ajuste.
Muchos audífonos modernos permiten:
- Filtrar ruidos constantes de fondo
- Suavizar sonidos agudos
- Adaptar la experiencia sonora a diferentes entornos
Un buen ajuste puede marcar la diferencia entre la irritación y la comodidad para que no te molesten ciertos sonidos tan repetitivos.
Consulta si se vuelve insoportable

Si los sonidos repetitivos te generan ansiedad, dolor físico o una irritación desproporcionada, podrías estar experimentando lo que se llama hiperacusia o misofonía.
Estas condiciones no son raras y tienen tratamiento, tanto desde la audiología como desde la psicología.
No estás exagerando. Si te afecta, merece atención.
Conclusión
No dejes que un simple «tic-tac» controle tu estado de ánimo.
Los sonidos forman parte de nuestra vida. Algunos nos emocionan, otros nos relajan… y algunos nos ponen de los nervios. Pero lo importante es que podemos aprender a manejarlos.
Desde poner una música de fondo hasta ajustar tus audífonos o mejorar la acústica de tu casa, hay muchas herramientas a tu alcance para recuperar la paz y evitar que estos sonidos tan repetitivos te molesten.
Si crees que tienes problemas de audición, lo más recomendable es consultar a un especialista en audiología. ¡No dudes en pedir tu estudio auditivo GRATIS y tu prueba de audífonos de 1 mes GRATIS en nuestra web!
